En 2020 se jugaron 6.771 millones de euros en juego real, es decir, la diferencia entre las cantidades jugadas y los premios. Esto supone un descenso del 33,2% respecto a los 10.220 millones de euros registrados en 2019. Esta caída, al haber estado condicionada por la Covid-19, se ha concentrado principalmente en el juego presencial (-37%), y se ha compensado levemente con el aumento del juego online en un 13,7%. En palabras del profesor Gómez Yáñez, “en términos globales esta compensación es irreal, ya que el juego presencial perdió 3.498 millones de euros, mientras que el online aumentó 107 millones”.

En el caso del juego público, las ventas de SELAE y ONCE son mejores con respecto a 2020, pero aún así registran descensos que se pueden estimar en un 15% respecto a 2019. “La prolongación de esta situación está incidiendo fuertemente en los márgenes de las administraciones y vendedores”, en palabras del profesor de sociología de la Universidad Carlos III. 

El gasto en juego supuso, en 2020, el 0,6% del PIB, dos puntos por debajo de lo que representa un año normal en este sector, como fue 2019, en el que se alcanzó el 0,8%. Las empresas de juego presencial aportaron 820 millones de euros en impuestos especiales, de los cuales 181,2 millones fueron para el Estado y 638,7 millones fueron para las Comunidades Autónomas.

Impacto de la Covid-19 en el empleo

El empleo en el sector del juego ha sido especialmente vulnerable a las circunstancias vividas y se ha visto afectado por las restricciones impuestas para controlar la epidemia. Por esta razón, uno de los principales datos a tener en cuenta del Anuario del Juego en España 2021 es el impacto que esta bajada del juego real ha tenido sobre sus trabajadores. Actualmente el sector del juego da empleo en España de manera directa a 85.361 personas, de las cuales más de 47.000 trabajan en el sector del juego privado. De manera indirecta, este sector genera 175.000 empleos cada año, algo que en 2020 se redujo a apenas 130.000. La mayoría de estos puestos (más de 38.000), relacionados con la hostelería.

La mitad de los empleados de las empresas de juego de entretenimiento estuvieron en ERTE durante el estado de alarma. Las plantillas se redujeron prácticamente a los puestos de mantenimiento mecánico y administrativo de las operaciones e instalaciones.

En los últimos meses, los sindicatos de trabajadores han firmado alianzas con la patronal para solicitar al Gobierno un trato más equitativo hacia el sector, con el fin de lograr una recuperación de todos esos puestos de trabajo que se han quedado en el camino por las circunstancias acontecidas y proteger a aquellos que están en riesgo. En esta ocasión, UGT se ha unido a la presentación de este Anuario con el objetivo de ampliar su apoyo tras la firma de un acuerdo de colaboración el pasado mes de junio para la protección del empleo. En palabras de Omar Rodríguez, Secretario Federal de Hostelería, Restauración Social y Turismo de FeSMC-UGT, “los trabajadores y trabajadoras de este sector han asumido una cuota de sacrificio por el parón de actividad a causa de la pandemia que ha generado incertidumbre y ha debilitado el empleo en el propio sector. Es importante recuperar la actividad, cumpliendo con todas las normas de prevención y salud pública, porque este sector y sus profesionales no pueden quedarse atrás”.

Alejandro Landaluce, Director General de CeJuego, ha querido añadir que “el sector del juego ha sido uno de los que más restricciones ha sufrido a lo largo del último año, y no ha gozado de los privilegios a nivel de ayudas que han tenido otros. Fuimos de los primeros sectores en cerrar, y de los últimos en abrir, y nuestros empleados han tenido que mantenerse en ERTE ante la imposibilidad de desarrollar su trabajo. Actualmente, de hecho, un 10% de los salones de juego se encuentran todavía cerrados o tienen serias dificultades para volver a abrir”.

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